Vinodiario.-

Lo mejor del verano, entre otros, son las cenas con amigos a la luz de la luna. Pues así, en una cena de amigos, en la terraza de la Plaza de los Basilios, a los pies de la Iglesia de San Esteban y a escasos minutos de la Gran vía de Salamanca nos reunimos todos a disfrutar de una velada regada con un buen vino blanco.

Con una terraza de lo más apetecible y aprovechando el buen tiempo decidimos comenzar el banquete.

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La carta no es demasiado extensa pero ofrece todo tipo de platos, su punto fuerte son sin duda la cantidad de vinos que recoge. Por botellas o por copas se pueden disfrutar.Destacar que siempre tienen platos o raciones fuera de buena calidad y de temporada, en este caso mejillones.

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De primero compartimos varios entrantes. El primero fue ensalada de tomate con burrata y tomate seco aliñada con aceite y orégano. Esta combinación siempre fresca y siempre ganadora estaba muy buena pero no consigue sorprender, sin embargo nos sirvió para “untar”, que anda que no se ve la vida de otra manera mientras se hacen “barquitos”… La imagen del delito:

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Después llegaron las papas con mojo verde.  A mi, particularmente, las patatas me encantan y el mojo me pirria, así que buenísima opción y muy lograda  a pesar de la distancia que nos separa de Canarias de donde es realmente originario el mojo.

SONY DSCLa segunda ensalada fue de endivias con sardinas y guacamole. La combinación, que no gustó a todo el mundo, a mi me sorprendió y me pareció buena, pero para gustos los colores.
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Vamos con los segundos, la hamburguesa de morucha es un plato más que recomendable, por ser carne de la zona -que suele tener muy buena calidad-. No en vano 3 de los comensales se decidieron por este plato estrella de la casa. La hamburguesa estaba buenísima aunque a mi me faltan las patatas fritas o gajo que siempre adornan el plato de cualquier buena hamburguesa y me sobraba el vinagre de módena del que tanto se abusa sin sentido.

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Otro de los platos repetidos fue el atún rojo con arroz salvaje rojo, un espectáculo sobretodo para ser una zona sin abastecimiento marítimo. Rojo en el interior y con un sabor muy muy intenso y jugoso, que junto con el arroz hacía un plato que hizo mis delicias.

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Y por último el secreto ibérico,  al que la foto no le hace justicia pero siendo carne de cerdo es difícil que en Salamanca, cuna de carnívoros por excelencia, falle esta opción.

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Al llegar al postre ninguno había dejado, precavidamente, un huequecito así que por quitarnos el sabor de la boca de tanta proteína pedimos un postre para seis. Recomendación de la casa fue esta tarta de pera con helado de vainilla y resulto ser espectacular. Acierto mayúsculo.
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La casa nos obsequió con unos chupitos que en este caso fueron de crema de orujo, de lo más castizo.SONY DSC

Lo peor del local es que suele estar lleno y toca esperar, que en Salamanca es algo inusual pero en Madrid es el pan nuestro de cada día.

 Toda la cena regada con 2 botellas de vino blanco 127 euros para 6 personas . Muy buena relación calidad-precio.

Recomendable en vuestra próxima escapada a la tierra de las universidades.

Pza. de los Basilios 1

Salamanca